Higinia Garai
ilustradora comprometida con la reflexión gráfica
Higinia Garay, la ilustradora comprometida, se destaca por su estilo visual único. Combina elementos realistas con toques de fantasía y simbolismo en sus obras. Sus colores son vibrantes y expresivos, y su línea de dibujo es detallada y expresiva.
Higinia aborda temas sociales y personales desde una óptica íntima y reflexiva. Su trabajo nos invita a mirar más allá de la superficie y a reflexionar sobre cuestiones profundas.
Hoy todo un placer poder charlar con Higinia.
Higinia, desde que eras una niña, el dibujo ha sido parte de tu vida. ¿Cómo comenzó tu fascinación por el arte y la ilustración?
Supongo que tiene mucho que ver con la educación que recibes y lo que ves en casa. Tanto mi padre como mi madre son personas muy creativas. Tengo recuerdos muy bonitos con mi padre saliendo a dibujar al campo. Él estaba estudiando arquitectura y encima era muy joven, así que tenía mucha energía para dedicármela. Para mí no solo era aprender a dibujar, si no compartir unos momentos con él. Recuerdo especialmente el día que me enseño lo que era la perspectiva. ¡Me pareció un infierno!
Después de terminar tu carrera, te sumergiste en el mundo del diseño en Madrid. ¿Qué te atrajo de este campo y cómo influyó en tu enfoque creativo? ¿Ves diferencias en el enfoque laboral entre Madrid y Euskadi?
Cuando acabe la carrera estaba más perdida que un pulpo en un garaje. Bellas Artes no es que sea una profesión con muchas salidas y en ese momento la ilustración no era tan potente como ahora. De hecho, los años que estuve en la carrera apenas dibujé. Cuando acabe supongo que pensé que el diseño era lo más viable como profesión y mi tío tenía un estudio en Madrid, así que podía compaginar un master y un trabajo. Creo que ahora hubiera tomado otra decisión, me hubiera centrado en la ilustración y por entonces, Barcelona era donde estaban las escuelas más potentes.
La diferencia entre una gran ciudad y una más pequeña es que hay más de todo. Puedes tener más oportunidades, pero también sentirte más aislada. Así que donde realmente he creado mi red creativa ha sido en Euskadi.
A pesar de tu incursión en el diseño, eventualmente volviste a la ilustración. ¿Qué te motivó a regresar a este medio? ¿Qué te llevó a crear tu propio estudio y qué desafíos enfrentaste al establecer tu propio negocio?
A mí lo que me ha gustado siempre realmente es dibujar, creo que mi visión personal es más especial en la ilustración que en el diseño. A veces, me arrepiento de haberle dedicado tanto tiempo al diseño gráfico, pero también soy consciente que me ha dado una base muy importante a la hora de aceptar encargos como carteles. Hay muchas personas ilustradoras que, a veces, en estas áreas se quedan un poco cojas. Supongo que al final todo suma.
Convertirme en la jefa de mi propio estudio ha sido un proceso natural para mí. Cuando acabé BBAA estuve trabajando en varios estudios, creo que tenía muy metida la idea en la cabeza que el trabajo no podía ser placentero y que la vida era eso, ir a un trabajo que no te gusta y beber cervezas por las tardes. Sin embargo, pensé, si no lo intento al menos una vez me voy a sentir frustrada. Y fui dando pasitos pequeños, primero bajo el amparo del paro y la indemnización a probar como diseñadora freelance, luego tuve algunos empleos fijos de media jornada que me daban esa estabilidad. Complementaria. Y ya, cuando me iba bien me atreví a volar más libre, primero como diseñadora y ahora exclusivamente como ilustradora. La verdad, es que siempre me han salido bien mis decisiones
Junto con tu labor creativa, también te enfocas en la enseñanza mediante másteres y talleres. ¿Qué nos puedes contar de esas experiencias? ¿Qué te inspira a compartir tu conocimiento y experiencia con otras personas creativas?
Disfruto mucho compartiendo conocimiento y aconsejando. Me gusta la enseñanza y me gusta aprender cosas nuevas, puede ser muy enriquecedor en ambos sentidos. Aunque también creo que hay una parte en la que mi ego se siente masajeado al ser el foco de atención.
Lo que no me gusta es cuando das con un techo de cristal y acabas enseñando lo mismo toda tu vida, viendo la gente cometer los mismos fallos.
Entiendo que es un ejercicio necesario en el proceso de aprendizaje, exige de mucha paciencia y comprensión, la gente tiene que cometer los mismos fallos para aprender. Solo que ser testigo siempre es un poco repetitivo. Así que me muevo mejor en talleres cortos o charlas que impartiendo la misma docencia en un centro.
Tu trabajo se ha centrado en temas como la cultura, la igualdad de género y los derechos humanos. ¿Qué te lleva a abordar estas temáticas en tus creaciones? ¿Cómo esperas que tu arte influya en la sociedad o genere conciencia sobre los temas que abordas?
Realmente creo soy yo misma, me interesan estos temas y empecé trabajando mucho con ONGS, donde me encontraba muy cómoda porque iba alineado a mis valores. Además, me permitía deconstruirme a mí misma, he aprendido mucho (y lo que me queda).
Hoy en día creo que no es tanto el cuerpo de mi trabajo, aunque la conciencia crítica y la visión irónica siempre están ahí. Por más que intente disimularlo la mala leche encuentra su manera de buscar la superficie.
El proceso de creación es fundamental para el éxito de un proyecto, ¿Puedes hablarnos un poco sobre tu proceso creativo? ¿Cómo abordas la creación de una ilustración desde el concepto hasta la realización final?
Generalmente lo que más me cuesta es la conceptualización. Siempre intento llevármelo a mi terreno personal, como veo yo este tema. Creo que este ejercicio aporta una visión propia, cuestión que se relaciona con el estilo. En el fondo, según vas trabajando más, acabas construyendo un lenguaje propio con el que decir las cosas.
Una vez que la idea está, la ejecución suele ser bastante rápida. Soy una persona que dibuja muy rápido. Me gustan las ideas sencillas pero contundentes, lo cual me parece un ejercicio muy complicado: minimizar el mensaje para conseguir más impacto.
Sabemos que sueles utilizar tinta china y acuarelas en tus ilustraciones. ¿Qué te atrae de estas técnicas en particular? Parece que también exploras herramientas digitales ¿Qué papel juega la tecnología en tu proceso creativo?
Este es el gran debate. Al principio hacia casi todo con acuarela y tintas, lo cual me limitaba mucho. Cuando incorpore técnicas digitales se me abrió un nuevo mundo. No solo en temas de tiempos de ejecución si no de color, sobre todo el color. Con la acuarela siempre necesitas un fondo claro.
Aunque el abocetar siempre lo hago mano, me gusta el tacto del papel y pienso mejor con un lápiz en la mano, casi todo lo que hago hoy en día es digital. Tal como va el mercado de la ilustración, con los plazos de tiempos y los cambios que se piden, trabajar con técnicas tradicionales me parece inviable. Las técnicas tradicionales para ejercicios personales o libros ilustrados funcionan muy bien, pero quizás para un mercado laboral es demasiado laborioso. Todo depende del presupuesto. Pero vamos, disfruto igual dibujando digital que con técnicas tradicionales. Creo que hay mucha romantización en torno a ello.
Así que me parece que es importante escoger nuestras propias batallas y donde queremos invertir nuestro tiempo. En estos momentos estoy haciendo una residencia en Angulema, desarrollando mi primer comic autobiográfico. Siempre había pensado que lo haría de una manera tradicional, y la verdad es que no me encuentro. Solo pensar en todo el tiempo y el dinero en material que me va a llevar me desespera. Y lo que quiero es contar mi historia, no morir en el intento y acabar odiándolo cinco años después.
Desde una perspectiva actual, ¿proyectos en los que estés trabajando actualmente?
En estos momentos estoy trabajando en mi primer proyecto personal. Es una historia autobiográfica sobre las últimas palabras que dijo mi madre antes de morir: “Los hombres son todos gilipollas”. Se trata de un cómic sobre el crecimiento en todos los sentidos, tanto por fuera como por dentro, y cómo este proceso se ve influido por una relación complicada con los adultos y sus adicciones. Es una reflexión sobre el significado de ser adulto y el camino hacia el perdón a nuestros progenitores, y, por ende, a nosotras mismas.
Mirando al futuro ¿Cuáles crees que son los desafíos y oportunidades más importantes para los artistas en la actualidad y en el futuro? ¿asusta la Inteligencia Artificial? ¿Qué papel crees que tiene y tendrá en el mundo de la ilustración?
A mi particularmente no me asusta. Creo que lo va a cambiar todo, eso si. Pero vamos, que cuando estudiaba no había ni móviles ni ordenadores, ¡¡¡ni internet!!! Y sobrevivimos. ¿Es mejor? ¿Es peor? Es diferente.
La gente se resiste siempre al cambio y tiene mucho miedo, y como decía Bruce Lee: “Be water, my friend” (y sufrirás mucho menos).
Lo que sí creo que se deberían regular son las fuentes de donde se nutren las inteligencias artificiales y blindarlas para que el contenido de cada artista no sea vulnerado. Pero el cambio esta ya aquí.
Para terminar ¿Qué consejos darías a las jóvenes ilustradoras que están empezando?
Que sean ellas mismas y ellos mismos. El tan “idealizado” estilo no es más que la versión personal que tenemos de lo que nos rodea. Mi madre decía, “que la inspiración te pille trabajando” y hay una verdad en ello. El estilo llega cuando más trabajas y quizás, no piensas tanto.
También recomendaría que hagan piña, que aprendan de otras compañeras. Si te gusta un artista en concreto investiga como lo ha hecho, pregunta, aprende y adáptate.
Yo tengo un mantra que a mí me funciona “Se lista, se practica”.
Creo que también es muy positivo reconocer nuestras limitaciones, si nos frustramos porque no conseguimos llegar a un sitio, quizás ese no es el destino, encuentra el camino en el que te lo pases bien. Si disfrutas de lo que haces queda latente en nuestro trabajo.