Entrevista al diseñador de tipografías Juan Luis Blanco
Amor y pasión por la caligrafía, el lettering la tipografía
Conscientes de que el buen uso de la tipografía es la esencia de un buen diseño, buscamos referentes y expertos que nos hablen de este arte de las letras. Mirando alrededor, nos encontramos con Juan Luis Blanco, un tipógrafo, rotulista y calígrafo meticuloso que cuida el diseño de las letras hasta el último detalle.
Para comenzar, ¿cómo te defines? ¿cuál ha sido tu experiencia dentro del mundo gráfico?
Actualmente me defino como un diseñador de tipografías. Es el ámbito de trabajo al que más tiempo dedico en la actualidad, ya sea diseñando tipografías a medida, proyectos personales, trabajos de lettering o impartiendo clases de tipografía y caligrafía. Antes de dedicarme a este campo, he trabajado muchos años como diseñador gráfico, la mayor parte del tiempo como freelancer.
¿Cuando comienza tu amor por las letras? ¿Por qué decides especializarte en el mundo de la tipografía, caligrafía y el lettering?
Comienza desde niño, cuando ayudaba a mi padre en trabajos de rotulación. Continúa con mi afición a dibujar los logotipos de mis grupos musicales favoritos en mi adolescencia. En realidad ya estaba haciendo lettering sin ser consciente de ello. Siempre me llamó la atención la caligrafía, pero no fue hasta que me fui a vivir a Escocia, que tuve la oportunidad de tomar clases de caligrafía. En aquel tiempo (año 1996) la caligrafía no tenía el auge que tiene actualmente en nuestro entorno y no había las oportunidades para aprender que hay ahora. Allí, sin embargo, había clases nocturnas en la Universidad, cursos gratuitos en los centros cívicos…
En el mundo de la tipografía me sumergí bastante más tarde. Siempre me sentí muy atraído por las formas de las letras. Veía que muchas de las soluciones de diseño que producía tenían un componente tipográfico muy importante, porque encontraba en la tipografía un mundo expresivo con mucho potencial. Era una especie de amor latente, hasta que un día decidí ponerme a diseñar una tipografía. El resultado no fue convincente y acabó en un cajón. Más adelante, la crisis del 2008 provocó un replanteamiento de mi actividad, decidí sacar aquel proyecto del cajón y terminarlo. En el proceso, vi claro que la empresa me quedaba grande y decidí formarme y estudiar diseño de tipografías en la Universidad de Reading (UK).
Parece que diseñar una fuente, es un proceso largo y laborioso ¿cuál es el proceso de creación de una tipografía? ¿Cuales crees que deben ser las cualidades de una buena tipografía?
Todos los procesos creativos son muy personales. A mi me gusta comenzar con bocetos a mano, porque me resulta más rápida la fase de pruebas y experimentación. Pero en cuanto dispongo de un grupo de letras representativas bien bocetadas, prefiero continuar dibujando con software específico para creación de tipografías, pues permite avanzar mucho más rápido en tareas repetitivas y controlar mejor diversos factores que son importantes en el resultado final. A partir de aquí y hasta la consecución de las fuentes definitivas hay un largo proceso de refinamiento y ajuste, pruebas impresas, correcciones…, un trabajo largo y laborioso, como decías, pues son muchos los factores a controlar y el conjunto de caracteres a diseñar tiende a ser cada vez más amplio.
En cuanto a las cualidades de una buena tipografía, no difieren mucho de las cualidades de un buen diseño. Si es un encargo externo y existe un briefing, debería satisfacer los requisitos del mismo. Si es una creación propia, siempre hay un objetivo, idea o necesidad que guía el proyecto y que debería de quedar también satisfecha. Por supuesto, aparte de esto, todas las formas de los signos habrán de ser suficientemente diferentes para que no haya confusión en su lectura, a la vez que presenten un conjunto de rasgos y características similares que nos permitan verlas como parte de una misma familia. El tratamiento del espaciado es también crucial, una mala gestión de la relación entre formas, contraformas y espacios puede arruinar un alfabeto meticulosamente dibujado. En definitiva, el conjunto ha de funcionar cuando las formas interaccionan en un texto. Como dijo Mathew Carter: “Type is a beautiful group of letters, not a group of beautiful letters.”
Por último, un juego de caracteres amplio y suficiente para las necesidades de los diseñadores y una ejecución técnica apropiada para el medio en el que se va a usar la tipografía, son requisitos imprescindibles.
Entre tus diseños, encontramos la tipografía Harri, una reinterpretación de la tipografía vasca ¿qué nos puedes contar de ello?
El germen de Harri fue la singular petición de un cliente para el que debía diseñar un logotipo. Además de otros requisitos, el logo debía reflejar un carácter inconfundiblemente vasco pero sin utilizar “esa tipografía típica de sidrería” (sic). Aunque resolví el trabajo con una fuente comercial, aquello reforzó mi percepción de que este estilo de letra, omnipresente en el País Vasco y con un componente identitario muy fuerte, necesitaba una revisión que lo dignificara, respetando su origen y peculiaridades propias pero haciéndolo más “usable” en un contexto más amplio.
Su diseño no fue una tarea sencilla. Como dije antes, el primer intento autodidacta acabó en un cajón, hasta que años más tarde lo recuperé y fue a su vez el proyecto que motivó mi decisión de formarme en este campo. Con los conocimientos adquiridos en el máster me sentí más seguro a la hora de completar el proyecto.
Hasta donde yo se, es la primera fuente en este estilo que ofrece 5 pesos, con un juego de caracteres que cubre alrededor de 200 idiomas y un gran número de variantes estilísticas y formas alternativas contextuales programadas con OpenType.
Asimismo nos ha llamado la atención Karela text, una slab serif o mecana humanista ¿qué nos puedes contar de esta tipografía?
Karela fue un intento de testar el mercado con una fuente comercial. Mi intención era diseñar una tipografía en un estilo menos experimental que el realizado durante al máster para poder ponerla rápidamente a la venta y comprobar cómo funcionaba este mercado tan complejo. Siempre me han gustado las “slab serif” para textos donde se necesita una buena legibilidad pero los estilos clásicos no encajan, y me decanté por este estilo.
Pero me resulta difícil diseñar sin proponerme retos, de modo que quise dar un aire más humano a las letras mecanas, usar proporciones clásicas en una fuente moderna, suavizar las formas duras de los terminales típicos de las slab serif, diseñar itálicas con un fuerte componente caligráfico y, ya puestos, intentar resolver siete pesos diferentes con las mismas proporciones horizontales, para evitar la redistribución de textos cuando hay un cambio de peso de una palabra, una frase, o de todo el bloque. Lógicamente, esto ya no se compatible con un trabajo rápido. De modo que el proyecto, aunque avanzado, esta todavía lejos de estar concluido.
Has investigado a fondo en torno al alfabeto bereber tifinagh ¿nos puedes contar brevemente su historia, particularidades y el desarrollo que ha tenido hoy en día?
El tifinagh es un sistema de escritura antiquísimo. Estoy hablando de un alfabeto que, a la vista de algunas inscripciones datables, coexistió con el fenicio, y cuya antigüedad y origen son aún un tema a debate. La presencia de miles de inscripciones en amplias zonas de la franja norte de África demuestra que su uso fue bastante extendido en épocas anteriores. Por desgracia, como ocurre siempre que una “civilización” más fuerte se expande hacia un territorio, las culturas locales quedan relegadas a la marginalidad. En el caso de la cultura amazigh (bereber), con la llegada de los árabes primero, y de las potencias europeas más tarde. Esta presión colonizadora hizo que este peculiar alfabeto se conservara solamente en areas remotas, principalmente por tribus tuaregs.
Se trata de un alfabeto fonético con un aspecto geométrico muy marcado que muy probablemente es fruto de la ausencia de la tradición caligráfica que ha determinado la evolución de otros sistemas de escritura como el latino o el griego. Aparte de algunos ejemplos de correspondencia de principios del siglo XX, no se tiene constancia de ningún manuscrito en tifinagh. En consecuencia, las formas que vemos hoy en día en las fuentes digitales son muy similares a las que encontramos en inscripciones de hace más de 2000 años.
Su situación actual es todavía marginal pero se están sucediendo importantes avances. Diversos movimientos para la revitalización de la cultura amazigh, sobre todo en Argelia y Marruecos, han llevado a cabo un gran trabajo para el reconocimiento y normalización de su lengua (tamazight) y para la recuperación de su alfabeto (tifinagh), de modo que hoy en día se comienza a incluir el tamazight como lengua vehicular en escuelas de algunas zonas de Marruecos y, en paralelo, se empiezan a ver la primeras publicaciones en tifinagh, por lo que se hace necesario el diseño fuentes digitales de calidad en este sistema de escritura.
Vemos que has creado una variante de la la fuente Amaikha para alfabetos griegos, cirílicos, arábigos, tifinagh ¿qué características tiene esta tipografía? y algo que nos preguntamos a menudo ¿cómo es posible crear una fuente sin conocer el idioma?
Amaikha es el proyecto que realicé en el master de Reading. Desde el principio entendí este proyecto como un trabajo experimental, en el sentido de que, más que enfocarme en un resultado, buscaba enfrentarme a problemas nuevos para mi. Cuantos más mejor, pues cada problema es una puerta al aprendizaje de soluciones nuevas. Contar con el respaldo de un profesorado de primer nivel en la materia también ayuda a aventurarse en esta exploración.
A lo largo del proyecto experimenté con conceptos que presentaba por pares, como interior/exterior, innovación/convención, niño/adulto. Cada uno de ellos me llevaba a terrenos diferentes y el reto consistió en integrarlos. Resultó un experimento muy útil, pues en tipografía a menudo se tienen que tomar decisiones que suponen un equilibrio entre dos variables que parecen excluirse, por ejemplo, ¿hasta dónde llevamos la originalidad sin comprometer la legibilidad?
En cuanto a los diferentes alfabetos, el master de Reading es conocido por contar con grandes especialistas en el diseño de diferentes sistemas de escritura. Era una oportunidad que sin duda alguna tenía que aprovechar. He de decir, sin embargo, que todo lo referente al tifinagh fue una investigación personal pues, para mi sorpresa, nadie antes había trabajado este alfabeto en ninguna de las ediciones anteriores del máster. Además de consultar fondos documentales especializados, tuve que viajar a Marruecos para obtener información en contexto. Todo este trabajo quedó reflejado en una tesina que puede descargarse en la web del departamento de tipografía de la universidad de Reading: Tifinagh and the IRCAM by Juan Luis Blanco
La pregunta sobre conocer los idiomas de los alfabetos que diseñas es recurrente. Creo que el idioma no es tan importante como conocer las normas, convenciones y tradición del sistema de escritura. De hecho yo sólo conozco tres idiomas de los más de doscientos que usan el alfabeto latino. No necesito hablar checo si tengo información sobre el uso de signos diacríticos para representar los sonidos específicos del checo. Del mismo modo, si tengo información sobre el uso y tradición del alfabeto cirílico, podré diseñar una fuente para cirílico, pues hay una gran parte de principios de diseño que son comunes a muchos alfabetos. Eso sí, para todos aquellos aspectos que son específicos del sistema de escritura en cuestión, se necesita un trabajo de investigación y documentación profundo. Y obligatoriamente, una revisión final de un diseñador nativo.
Desde tu perspectiva ¿qué ha supuesto el advenimiento del mundo digital en el mundo del diseño tipográfico? ¿cuál es la situación actual en el área de creación de fuentes?
Para empezar ha supuesto que yo y otros diseñadores independientes podamos diseñar tipografía, es decir, ha provocado una democratización de la disciplina como consecuencia de un abaratamiento radical de los medios para producir fuentes digitales. También, sobre todo en su inicio, dio lugar a muchos trabajos experimentales que no eran posibles con las tecnologías anteriores. De un tiempo a esta parte, asistimos a un desarrollo muy rápido de los formatos y estándares tipográficos (unicode, OpenType), lo que abre nuevas posibilidades a la vez que incide positivamente en la mejora de la compatibilidad entre plataformas diferentes. Del mismo modo las herramientas para la creación de tipografía son cada vez más potentes y versátiles, con lo que el ritmo al que se suceden los avances, actualizaciones y publicaciones de familias tipográficas nuevas es abrumador.
Todo este potencial en constante desarrollo está abriendo vías de trabajo impensables hace un par de décadas. Por ejemplo, las tipografías multi escritura, que incluyen en un mismo archivo varios sistemas de escritura diferentes con un diseño armonizado son cada vez más habituales. El último hito en esta carrera tecnológica, son las variable fonts, un desarrollo reciente del formato OpenType que va a revolucionar la forma en que entendemos y usamos la tipografía en nuestras pantallas.
¿En qué proyectos andas metido actualmente? ¿qué perspectivas de futuro?
Este año estoy trabajando sobre todo en proyectos de tipografía a medida. Ahora mismo estoy colaborando en dos proyectos para empresas multinacionales que necesitan tipografías multi escritura. Los encargos proceden de BabelFont (Paris) una empresa especializada en producción de fuentes multi escritura con quienes estoy colaborando últimamente. Normalmente me hago cargo de una parte del proyecto pues el volumen de trabajo suele ser inmenso. En uno de los proyectos estoy desarrollando las variantes condensada y condensada itálica de una sans serif. Cada una de ellas tiene tres masters e incluye alfabeto latino, cirílico y griego, en total unos 1.400 caracteres cada máster. Si añadimos a eso el árabe, que están desarrollando desde Babelfont, os podéis hacer una idea del volumen de trabajo del que hablaba.
Las perspectivas de futuro no son todo lo claras que me gustaría. Mi objetivo es poder desarrollar proyectos personales que pueda poner a la venta en mi web o en otras plataformas de distribución. No es algo de lo que uno pueda vivir ciertamente. La experiencia tras la publicación de Harri me muestra que la competencia es muy grande y que las ventas no dan para cubrir todas las horas de dedicación, por lo que se hace necesario compaginar esos proyectos con otras fuentes de ingresos, como las tipografías a medida, proyectos de diseño gráfico o el trabajo como profesor de tipografía/caligrafía.
Finalmente ¿cuál crees que es la manera de aprender y progresar dentro del mundo de las letras, lo gráfico y el diseño para gente que está comenzando en el sector?
A mi me ayudó mucho iniciarme en la caligrafía. Es una manera de descubrir de dónde proceden las formas de las letras que usamos todos los días y entender cómo éstas interaccionan en un texto. Es también una buena manera de desarrollar un buen “ojo tipográfico” que será muy útil cuando trabajemos con tipografía, ya sea como creadores o como usuarios. Por otro lado, conocer las herramientas de producción e iniciarse en la programación, es facilitarse el camino para muchas tareas que se realizan en el proceso de diseño de tipografías. Normalmente estas materias se pueden aprender en los masters de tipografía cada vez más numerosos tanto en el estado español como en otros países de Europa.
Por otra parte, tenemos la suerte de que nuestro trabajo es muy visible. Ya sean letras o trabajos gráficos, todo lo que hacemos está ahí, a la vista de todos. No solo en los libros, también en la calle, en las pantallas… Mirar, analizar todo lo que vemos, cuestionarlo, nos ayuda a desarrollar un espíritu crítico, que es la principal herramienta del diseño en cualquiera de sus ámbitos.