Al lenguaje del Dibujo Artístico le bastan tres letras. La L de línea (para analizar, encajar, proporcionar...), la M de mancha (para dar la apariencia de volumetría mediante el claroscuro) y la C del color para que todo el simulacro represente la vida.
La escultura es la actividad más antigua conocida. Al principio de todo, el primer escultor nos modeló en barro, el material más maleable que utilizamos hoy en día para crear los volúmenes escultóricos. Más tarde, el hombre, para devolverle el favor, inventó dioses y los esculpió en todo tipo de materiales, vivos y muertos: barro, piedra, madera, metal. La escultura es concepto y técnica, imaginación y trabajo. Y no podemos olvidar algo tan virtual y tan real como la gravedad y como el tiempo. El tiempo, ese gran escultor que esculpe con aire, viento, agua y luz, nos muestra en el espejo a diario nuestra escultura inacabada.
Técnica es todo aquello que sirva para materializar lo imaginado desde la línea, el color y la mancha. Lo imaginado es una reflexión sobre lo que puede ser verdad. Técnica es Gramática, pero no sólo gramática. Nunca menospreciemos el vehículo a través del cual se manifiesta el espíritu.
El lenguaje gráfico permite la comunicación entre las personas que intervienen en los numerosos procesos de diseño, fabricación y construcción que se realizarán en todo el mundo. Este lenguaje universal es el dibujo técnico. El dibujo técnico proporciona los recursos conceptuales y prácticos para representar gráficamente las formas existentes o las creadas por los proyectistas y diseñadores.
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